Visitas:

sábado, 20 de septiembre de 2014

Es el miedo que me recorre cuándo pienso que quizás todas mis miradas no sean suficientes, que mis caricias no te ericen la piel como las tuyas la mía, o que mis besos no sean lo bastante lentos y largos que pretendo, que cabe la posibilidad de que alguien te quiera más bonito que yo y otra sonrisa haga despertar la tuya. Esos miedos me recorren de arriba a abajo cada vez que me coges la mano y siento que no quiero que otro me abrace tan fuerte como tú.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Evidence.

Hay tantas cosas que creéis que soy pero realmente no.. por ejemplo, no soy una guarra por hablar libremente de sexo, ni soy una puta, una provocadora, por vestirme como yo quiera, como a mí me apetezca, no soy una creída por mandaros callar cuándo nos silbais a mí o a cualquier amiga mía por la calle, como si fuéramos simples animales que se exhiben, como trozos de carne. No soy tonta por no sacar dieces, ni por no estudiar materias que me importan una jodida y puta mierda, no soy mala persona por haber hecho daño a otros, no soy una inmadura por haber cometido los errores por los que todos hemos pasado para aprender de ellos, no soy débil por llorar, y ni siquiera soy feliz por sonreír. No soy una friki por no compartir tus gustos, y permiteme que te diga, que no soy fea por no gustarte a ti, por no cumplir unos cánones. No estoy gorda por no caber en una 34, ni soy aburrida por leer poemas. No soy una yonkie por fumar porros, no soy estúpida por fumar tabaco a sabiendas de que me matará a largo plazo. No soy fría por no sentir pena por aquellos que me hicieron daño, no soy penosa por hacer la payasa con mis amigas, no soy una maleducada por sacarle el dedo corazón a la policía cada vez que un coche patrulla pasa por delante mío. No soy una santa, por ser virgen, ni una pervertida por follar mucho. No soy ninguna de estas etiquetas, pero vosotros seguiréis poniendomelas y yo seguiré siendo yo, a sabiendas de que no os gusto. Es un privilegio que pocos podemos disfrutar.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

(V)

¿No os entra miedo cuándo veis que os estáis enganchando a unas caricias, unas manos, unos besos y unos ojos determinados? A mí sí. Y mucho. Es el miedo a sentirme querida, a que alguien me acepte y me trate con el cuidado que yo no sé tratarme. Llamadme gilipollas porque todos buscamos eso, al fin y al cabo, alguien que tropiece una y otra vez con nuestros fantasmas y no les coja miedo; y yo cuándo lo encuentro lo rechazo. Pero llega un momento en el que el miedo pasa a ser seguridad, llega alguien que te hace tener ganas de sacar tu mejor versión, alguien que te hace cambiar las tardes fumando sola por besos, muchos besos, y por muchos minutos agarrados de la mano. Apretando fuerte las suyas como si le dijeras 《por favor no te vayas nunca》. Y el miedo a sentirse querida se transforma en miedo a que no te quieran lo suficiente, porque de él quieres lo máximo, el tope, que te quiera hasta la saciedad. Sinceramente no sé si algún día ese alguien llegará a leer esto.. pero sólo quería deciros que sí, que os joderan muchas veces, os decepcionarán y os harán cambiar, os obligarán a crear una coraza en el corazón.. pero algún día, por casualidad, sin esperarlo ni buscarlo, llegará alguien que te quiera cuándo la cagas con gritos y cuándo lo arregles con besos, alguien que te verá llorar y estar en los subsuelos y aún así te querrá, y no se cansará de repetirte lo mucho que le gusta tu sonrisa. Y lo mejor, es cuándo le miras a los ojos y notas que no miente al decir que eres increíble.