Es el miedo que me recorre cuándo pienso que quizás todas mis miradas no sean suficientes, que mis caricias no te ericen la piel como las tuyas la mía, o que mis besos no sean lo bastante lentos y largos que pretendo, que cabe la posibilidad de que alguien te quiera más bonito que yo y otra sonrisa haga despertar la tuya. Esos miedos me recorren de arriba a abajo cada vez que me coges la mano y siento que no quiero que otro me abrace tan fuerte como tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario