Visitas:

miércoles, 3 de septiembre de 2014

(V)

¿No os entra miedo cuándo veis que os estáis enganchando a unas caricias, unas manos, unos besos y unos ojos determinados? A mí sí. Y mucho. Es el miedo a sentirme querida, a que alguien me acepte y me trate con el cuidado que yo no sé tratarme. Llamadme gilipollas porque todos buscamos eso, al fin y al cabo, alguien que tropiece una y otra vez con nuestros fantasmas y no les coja miedo; y yo cuándo lo encuentro lo rechazo. Pero llega un momento en el que el miedo pasa a ser seguridad, llega alguien que te hace tener ganas de sacar tu mejor versión, alguien que te hace cambiar las tardes fumando sola por besos, muchos besos, y por muchos minutos agarrados de la mano. Apretando fuerte las suyas como si le dijeras 《por favor no te vayas nunca》. Y el miedo a sentirse querida se transforma en miedo a que no te quieran lo suficiente, porque de él quieres lo máximo, el tope, que te quiera hasta la saciedad. Sinceramente no sé si algún día ese alguien llegará a leer esto.. pero sólo quería deciros que sí, que os joderan muchas veces, os decepcionarán y os harán cambiar, os obligarán a crear una coraza en el corazón.. pero algún día, por casualidad, sin esperarlo ni buscarlo, llegará alguien que te quiera cuándo la cagas con gritos y cuándo lo arregles con besos, alguien que te verá llorar y estar en los subsuelos y aún así te querrá, y no se cansará de repetirte lo mucho que le gusta tu sonrisa. Y lo mejor, es cuándo le miras a los ojos y notas que no miente al decir que eres increíble.

No hay comentarios:

Publicar un comentario