Te voy a recordar siempre, pero por el tiempo que estoy perdiendo.

Es triste sabes. Que te escribo cada día diez líneas, -o más-, y lloro cien lágrimas por línea. Que cuándo recuerdo tus besos solo me hundo en el agujero más hondo existente. ¿Sabes qué, amor? En Agosto me diste la vida, y en Octubre me la rompiste. ¿No lo entiendes? Dame solo un día y te juro que no querrás otros susurros que no sean los míos. Que te haré cosquillas, -que tienes muchas, lo sé- en sitios de tu cuerpo que ni tú conoces; te besaré hasta que se me desgasten los labios, y así los tuyos puedan curarlos. Que te abrazaré tan fuerte que nos haremos uno y que te cuidaré más que a mí misma. Te prometo un 'buenos días, dormilón', todas las mañanas a las doce, aunque esté en clase. Que te escucharé y te haré ver que contar tus problemas no es malo si yo te los soluciono, nene. ¿Sabes lo que es un infinito? Yo no te prometo eso, está muy visto. Te prometo demostrarte todas las noches que eres mío. Que somos y seremos nuestros. Y que de amor se puede morir, pero el verdadero resucita a cualquiera.