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martes, 25 de junio de 2013

Y bueno, la soledad que tenemos es la que merecemos, al fin y al cabo.

Qué raras sois las personas normales, joder. Primero, buscáis a alguien perfecto, o que al menos, lo sea para vosotros; hacéis lo imposible por tenerle a vuestro lado, y todo va perfecto. Te quiere, le quieres. Pero, empiezan los malos momentos y las peleas tontas, que suelen acabar con el cigarrito de después de echar un polvo. Pero os cansáis. Y claro, eso de decir las cosas claras no os va, no va con vosotros, le esquiváis, evitáis, y es cuando os replanteáis que cojones visteis en él o ella, si ya no saltan chispas cuando os miráis. Y todo se rompe. Tenéis lo que queríais, libertad, soledad ¿No? Bien. Ahora un sentimiento de victoria y de felicidad recorre cada parte de vuestro cuerpo, pero será a la tercera o cuarta semana cuando empezaréis a echarle de menos. A pensar, 'Joder, si lo tenía todo, y ahora estoy vacía'. Y lo peor, es que tú querías que fuera así. Os torturáis, porque él o ella, ya está un poco mejor, ya no le veis triste por tí; es más, hasta le veis sonriendo con sus amigos algún día, de reojo. Y esa es la etapa en la que os arrepentís, la etapa en la que todo se te viene encima y sólo deseáis que vuestro mundo, vuelva a ser vuestro, para dejar de ser mundo y volver a llamarle 'cariño.'Y por éso os odio, personas normales, porque yo..Yo es que aún soy peor. Porque vosotros,  tenéis la soledad. Pero, ¿Y cuándo no encuentras término suficientemente triste como para describir tu estado de ánimo?



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